10 falsos mitos sobre el ahorro de energía
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13 de diciembre de 2016Actualmente nos encontramos distintos tipos de calefacción: Gas, energía eléctrica, gasóleo… ¿Cuál es el sistema de calefacción que mejor se adapta a nuestras necesidades? Para elegirlo debemos tener claro cuál es nuestro objetivo: conseguir el menor gasto posible, contribuir al medioambiente con un sistema ecológico, etc.
Para saber cuál es el que mejor nos conviene a continuación explicaremos los pros y contras de cada tipo:
Calefacción de Gas
El gas puede ser gas natural, gasóleo C o gas propano.
– Calefacción de Gas Natural
PROS: El gas llega desde fuera, y no hay que preocuparse de su almacenamiento.
CONTRAS: La localidad tiene que estar canalizada por lo que su suministro se realiza solamente en grandes poblaciones. Aunque se está extendiendo poco a poco a localidades menores.
– Calefacción de Gas Propano
PROS: Es más potente que el Gas Natural.
CONTRAS: Hay que estar pendiente de ir cambiando o repostando los depósitos de propano.
Calefacción de Gasóleo C
PROS: Es actualmente la energía más extendida y de más fácil comercialización del mercado.
CONTRAS: El gasóleo se almacena normalmente en tanques dentro de la casa o recinto. Los precios fluctúan de una manera más rápida que otros combustibles fósiles.
Calefacción eléctrica por acumulación
Este tipo de acumulaciones se fomentaron hace un par de décadas porque la electricidad era barata. La electricidad se convierte en calor gracias al ‘efecto Joule’.
PROS: Son aparatos baratos, no requieren instalación ni un mantenimiento específico. Ideales para calentar una zona muy específica (Se colocan al lado de un individuo), o en ubicaciones con pocas horas de frío.su mantenimiento es prácticamente nulo. Al usar tarifa nocturna, su eficiencia aumenta significativamente.
CONTRAS: No sirven para calentar a grandes distancias y tiene un consumo energético elevado. Es el sistema de calefacción más caro que existe. Actualmente está en desuso, prácticamente está desapareciendo.
Calefacción eléctrica por convectores
Este tipo de calefacción funciona mediante una resistencia que calienta el aire que circula dentro de los convectores.
PROS: No requiere grandes obras para instalar los paneles.
CONTRAS: Tiene un consumo medio alto, y depende además de la fluctuación en el precio del kw/h. También se basa en el ‘efecto Joule’.
Emisores Termoeléctricos
Más conocidos como radiadores de aceite. Este sistema de calefacción transmite el calor a través de un aceite térmico que lo calienta mediante una resistencia eléctrica blindada de un acero especial.
PROS: Cada radiador es independiente, por lo que se puede controlar y colocar donde se necesite. La temperatura es estable, sin alteraciones. Se pueden programar. En cuanto a seguridad, el aceite no produce ningún tipo de riesgo ni alteraciones con la presión del aire.
CONTRAS: Si se quiere calentar una superficie muy grande, se requerirán varios radiadores y eso puede elevar el coste. También se basa en el ‘efecto Joule’.
Bomba de calor
Calor en invierno y frío en verano. Calefacción multiusos.
PROS: En el mismo aparato y con la misma instalación tienes frío y calor. Menos gasto energético. Es ideal para zonas costeras o húmedas.
CONTRAS: El calor no es constante, reseca el ambiente, genera ruido. Este sistema requiere instalación y mantenimientos importantes como el cambio de filtros para no acumular residuos, ácaros y partículas que pueden provocar alergias.
Suelo radiante
Aunque los tres sistemas anteriores son los principales, existen variantes que pueden modificar los costes de instalación y el rendimiento. Una de estas es la instalación de suelo radiante, que consiste en colocar una red de tuberías bajo el suelo por donde circula el agua calentada por una caldera. Tiene una eficiencia bastante alta, al no precisar alcanzar tanta temperatura como otros sistemas, pero los costes de instalación son elevados.
PROS: El sistema es invisible y proporciona un calor más natural y de forma homogénea. Permite un ahorro energético de hasta un 30%, al no calentar techos o paredes. Si por los conductos se hace circular agua fría puede servir también como sistema de refrigeración. Es un sistema muy eficiente en cuanto a consumo, ya que la sensación térmica que generan es la misma que con cualquier otro sistema pero con el agua de su circuito a la mitad de temperatura. Es decir, si en un sistema con radiadores el agua hay que calentarla a 75-80 grados para alcanzar una temperatura agradable en el hogar, con una instalación de suelo radiante basta con calentar el agua del circuito a 35-45 grados para obtener el mismo nivel de confort.
CONTRAS: La instalación es un 30% más cara que los sistemas convencionales. No es rentable en casas pequeñas o en zonas con climas cálidos.